
Antonio
La fama y reputación
son algo que uno se labra
por sus virtudes más finas.
Y Antonio Paradinas
es un hombre de palabra.
También hombre de coraje,
de esos de “no me callo”,
porque nadie le avasalla.
No calla en ningún lenguaje.
No calla en ningún ensayo.
No calla nunca, no calla.
Y como es honrao y afable
y tan amigo de contar
le hemos puesto de contable
pa volverle un poco loco
con la pertinaz sequía:
en nuestra tesorería
lo que es pa contar, hay poco.
Pero ahí ha forjado Antonio
-sabe Dios cómo lo ha hecho-
una unión digna de encomio,
un hipervínculo estrecho.
Bea
Al paso que va la tierra
-si de ese ritmo no baja-,
dice, quien ya canas peina,
que no va a quedar más reina
que la reina de Inglaterra
y las reinas de la baraja.
Maravilla de rapsodas,
nuestra Bea, por fortuna,
es cuatro reinas en una.
A ver si me acuerdo de todas…
Reina de Oros se ha erigido,
por la financiera praxis
con que Evelio, su marido,
se ha hecho dueño de dos taxis.
Reina de bastos, con tesón.
Pues Evelio, persistiendo,
con tó lo que está cayendo
sigue siendo neocon.
También, por su valentía
cuando han venido mal dadas,
es Bea, en su monarquía,
nuestra gran reina de espadas.
Despierta siempre pasiones
-por todas sus condiciones-
un alma de su calibre.
Y Bea aquí, en Dieznoslibre,
es reina de corazones.
Bita
Grita, ruge, se encabrita,
se agranda o se autolimita.
¡Vaya bombazo produce
el cabronazo del Bita!
De muecas, es un filón.
De él se dice que seduce
por llevar tantos en él.
Y que hace un papelón,
pues se mete en su papel
hasta que suda y tirita.
Canalla, el Bita, y abyecto,
a donde quiera que vaya
dice siempre, del que falla,
que no cree en el proyecto.
Si ve a un compañero en vilo
y aquejado de temor,
va y le susurra: “Tranquilo,
aun te queda lo peor”.
Llega a hallazgos imprevistos
con ese actoral acierto
que despliega y nunca acaba:
tiene él solo más registros
que el control de un aeropuerto
si vas con barba y chilaba.
Candela
Es frecuente que se duela,
Candela,
de ser poco espabilada
en el diario vivir.
Mas ni ella ni Pocahontas
son tontas
y en la línea de llegada
saben bien sobresalir.
Mujer de fondo excelente,
es proverbial en la forma.
De hecho, es quien uniforma
en dieznoslibre, a nuestra gente.
Diseñando el vestuario
que la escenificación requiera
su ajuste es extraordinario:
si un personaje es acuario,
le diseña una pecera.
Bien mirada,
sus prendas son un desfile.
¡Ojalá que esta “poco espabilada”
se quede así y no espabile!
Carmen
Su pie al baile se lanza.
Su voz exótica es.
Y entre la voz y la danza,
Carmen merece alabanza
de la cabeza a los pies.
La casi totalidad
de sus muchas aprendices,
con su ejemplo firme y grácil,
pronto un buen nivel alcanza,
y evita toscos deslices.
La casi totalidad…
porque ahí nuestras actrices
nunca se lo ponen fácil
a su esforzada enseñanza.
Como es claro y manifiesto
que nuestras obras rehogan
con música y danza el texto,
Nuestro slogan para esto
es “lo que diga Carmen Logan”
Estrella
Del salón en el ángulo oscuro,
pertrechada de boli y de Ipad,
silenciosa y pautándolo todo
Estrella observaba.
Cuánto celo hay siempre en su orden:
una urdimbre de ajustes contrasta,
modelando un ensayo de obra
en que no falle nada.
Su liviana y esbelta figura,
en atento rigor enfrascada,
toma notas, observa y sonríe
con un halo de calma.
¡Ay –pensé- cuántas veces, el genio,
femenina elige su alma!
Esta chica que es todo dulzura,
¿será igual en casa?
Eva
Madera de actriz o actor,
trabajo duro y sudor,
son conjunto imprescindible
para entrar en Dieznoslibre.
Luego, el esfuerzo y la entrega
van puliendo esa madera
como el formón y la gubia.
O al menos así era
hasta que quiso entrar Eva
y entró solo por ser rubia.
Nos dijo que era un filón
de virtudes especiales
guardadas con discreción.
Y sí, lleva ya un montón
y aun no sabemos cuáles
ni cuántas virtudes son
las que su entrada preludia.
Pero a Eva, como es rubia,
nadie le decimos nada.
Javier
Ver a alguien resolver,
de modo pluscuamperfecto,
el más complicado aspecto
del humano acontecer…
es siempre ver a Javier.
Colón, el muy adelantado,
el componedor Pernías,
el cabal y subrepticio
letrado Turbio Litigio
son, en la vida real,
reflejos de este abogado
de tan humana presencia.
Si sobre el foro su ciencia
brilla, impartiendo doctrina,
sus recetas de cocina,
sientan ya jurisprudencia.
Jose María
Trabajaba su texto
como una fiera.
Buscaba el metalenguaje
y el gesto, a la manera
del artista perfeccionista.
Como si supiera
que el texto es el traje
del alma del personaje.
Su envoltura, su solera…
El papel por dentro y por fuera.
Quería madurar, en larga espera,
el llegar a ser capaz de vivenciar y recitar
“¡Una panmera!”
Luís
Si en un bombardeo atroz
la voz de alguien distinguís,
si desde Murcia le oís
aunque él esté en Badajoz,
si oís un rugido feroz
ese es Luís,
porque es La Voz.
La voz que escogió Colón
al presentar su proyecto.
La voz con la que gritó
desde Antillas a Castilla
que ya había hecho el trayecto…
y desde allá aquí se oyó.
La voz con que tocas, Luís,
la guitarra arrulladora
del recitado y rasgueo
hasta que, hora tras hora,
se queda uno en un tris
de cagarse en el solfeo
y mandarte a ti a paseo.
Magdalena
Por docencia, autoridad
y profesionalidad,
de ordinario, Magdalena,
con ímpetu legendario,
nos ha hecho de Mary Poppins.
Pues Dieznoslibre, en verdad,
con vocación de verbena,
si subía a un escenario,
en gracia y motricidad,
parecía la hermandad
del insigne Stephen Hawking.
Nos regala actuaciones,
nos presta su asesoría
en baile y coreografía,
corrige interpretaciones,
graba efectos especiales
y, si no puede venir,
no nos deja sin su abrigo:
nos envía a algún amigo
de los muy profesionales.
Marta
Siempre oigo que, por su arraigo,
es difícil que decaiga
Ana Selia Maracaibo.
Es tan fiel a su papel
que, por más problemas que haiga,
lo logra llevar a caibo.
Vale pa mujer prudente,
vale pa reina gatuna.
Vale para tanta gente
siendo ella solo una
que, si fuera una vacuna,
sería la polivalente.
Firme cual columna dórica,
nunca teme dar traspiés
ni le asusta el descalabro.
Porque Marta, que lo es,
a fuer de ser tan folclórica
siempre está en el candelabro
Mónica
Su trajín diario
es como una cuarentena
que en una nube la encierra.
Cuando sube al escenario,
como ya se desmelena,
deja, Mónica, la nube
y pone los pies en la tierra.
En su olfato financiero
esto ha supuesto un desliz
dentro del campo inversor.
Porque ahora, metida a actriz,
no gana ningún dinero
o lo pierde, que es peor.
Aunque su mayor activo
es el rigor que ella tiene,
pa el grupo es más atractivo
-y encuentra mucho mejor-
que baile y se desmelene.
Nacho
Si acierto y error están a un paso,
un fracaso, llevado con humor,
nos evita quedar en la estacada.
Si ayer mismo me alcé hasta emperador
y hoy, en cambio, me agacho hasta brigada,
se conoce que yo debo ser Nacho.
Y me obligo a decirme sin empacho:
“Nada, macho, aquí no ha pasado nada”.
Mis recursos de humor asombrarían.
Es mi humor ambicioso y expansivo:
si suelto una parida y no consigo
que la rían los veinte del grupito,
la repito, la repito y la repito
y no paro hasta que allí todos se rían.
Viendo ya que nací para la gloria,
y que no puedo evitar ser el mejor,
he querido ser yo mismo el autor
de mi propia y cabal dedicatoria.
Pal
Un soneto tengo ahora por delante
que en mi vida me he visto en tal aprieto:
procurar que estos versos del soneto
den abasto a mujer, novia y amante.
Por su afán de dirigir a toda hora,
de mi amor cada cosa y entresijo,
cada vez que yo a Palito me dirijo
me dirijo a la esposa y Directora.
Siempre es mezcla de novia y de esposa.
Cualquier cosa la hace apasionante,
sea la vida, sea el teatro… ¡cualquier cosa!
Me resulta alguna vez desconcertante
que, no siendo nada cara o caprichosa,
siga viéndola yo como mi amante.
Queches
Este animal teatral
que no viene a los ensayos,
este abogado novato
cuya vida laboral
es pasarse todo el rato
en laudos, sentencias y fallos
con un horario fatal,
mantiene un sólido anclaje
en el teatro y ahí palpa
-con intensidad que abruma-
la esencia del personaje,
de Moctezuma a Atahualpa
y de Atahualpa a Moctezuma.
Amigo de echarle cuento
sin el menor miramiento
a todo lo que le eches,
Queches al público arrastra,
impresiona y contamina
con fuerza avasalladora.
A la misma Directora
la trata de hada madrina
cuando es solo su madrastra.
Roberto
Como tiene verbo fino y es cortés
puede hacer de español o inglés, con creces
-aunque en lengua sea exquisito su francés-.
A la mesa, nos trae siempre exquisiteces.
Son comer y actuar, sus alegrías.
Con un keik y un té es Francis Dreik.
Pero apenas se le indique,
suelta el té y el keik, baja el meñique
y se abrocha un cocido con empaque,
trasmutando a Francis Dreik en Paco Draque.
Figura muy estelar en los repartos,
en cualquier papel que escoja,
es actor y gourmet de gran acierto.
Si a la puerta de tabernas y teatros
hay puesta una alfombra roja,
es que va a salir Roberto.
Saimon
Cuando piensas lo que logras,
aquí siempre comentamos:
¡Qué sería de nuestras obras
-cuando toca hacer repaso-
si no las tocara Saimon!
No es solo delicadeza
en preludios e intervalos:
su dominio de la pieza
nos camufla y endereza,
pues, cantando, somos malos.
Con su respaldo compacto
nos acompasa y nos guía
con maestría. Con sabiduría.
Con mínimo impacto.
Poniendo en ello más tacto
que un ciego en una orgía.
No es liviano su aporte
cuando vamos de su mano.
Desde que estamos con Saimon
“qui va piano va lontano”.
